Una situación que no dejó ajeno a un grupo de estudiantes de la UC Temuco que a diferencia de la mayoría de los jóvenes que durante el verano se toma el tiempo para descansar y disfrutar con la familia y los amigos, decidieron ir en ayuda de los que más lo necesitaban.
“Apenas supimos de los incendios a finales de enero y se declararon los focos grandes de incendio nace dentro de los chicos del voluntariado de veterinaria, la intención de juntar ayuda y sumarse a alguna campaña para enviar aportes. Pero conversando vimos que habían varios chicos que tenían y teníamos la disposición para ir hasta la zona central y el Bio Bio y decidimos iniciar una campaña de recolección mayor y con ayuda de empresas privadas y de la universidad pudimos reunir insumos médicos, alimentos y fardos que nos permitieron llegar hasta Hualañé y ponernos a disposición de los equipos locales” relata Francisco Javier Campos, Presidente Voluntariado Medicina Veterinaria UC Temuco.
Fueron 6 jóvenes voluntarios los que se trasladaron hasta la zona de los incendios y tras permanecer unos días en Hualañé decidieron seguir a otras zonas donde se requería más apoyo. Así llegaron a Florida, una localidad de la Provincia de Concepción, donde la situación les impactó duramente. Allí se encontraron con la desolación de familias que lo habían perdido todo, animales con graves daños producidos por el fuego y la necesidad de ayuda para remediar en algo el fuerte dolor de la pérdida que dejó el paso de las llamas.
“Estuvimos trabajando por quince días en el hospital de campaña que estaba dirigido por profesionales del Colegio Médico Veterinario y reservistas navales. Trabajamos mucho en terreno viendo realidades que nos chocaron a veces, pero que sin duda nos sirvieron para profundizar nuestra vocación de servicio. Sin esperar recompensas a veces hicimos de psicólogos con la gente que nos contaba sobre sus pérdidas y que más que atención para sus animales, a veces sólo necesitaba que lo escucharan” cuenta Francisco.
Bastián Mercado, estudiante de cuarto año de la carrera fue uno de los jóvenes que viajó como voluntario y siente que lo vivido es una experiencia que le cambió la vida. “No puedo decir que me alegró estar allá, porque nos afectó mucho. Llegar a un lugar donde no había nada vivo fue muy impactante. Si mirabas al norte o al sur estaba todo quemado, no había casas, árboles, animales, era todo destrucción. Sin embargo, el sentimiento de satisfacción de haber podido aportar en algo junto a los equipos locales que apoyaban a la comunidad afectada fue gratificante pues como decía Francisco, uno no espera recompensas pero a veces con solo escuchar a las personas y conversar con ellas, sientes que ayudaste. Además pudimos poner en práctica nuestros conocimientos junto a veterinarios y estudiantes de otras universidades que también viajaron para ayudar. Siento que en este viaje a Hualañé y Florida descubrí lo que es la verdadera vocación de servicio y la sentí como parte de mí y eso me tiene muy contento”, dice Bastián.
Los jóvenes invitan a otros compañeros de la carrera que se sumen al trabajo voluntario para que puedan vivir in situ experiencias como éstas que relevan el rol social que la Escuela pretende fomentar en los futuros profesionales como sello de su formación y del sentido de trabajo colaborativo en la comunidad, que tiene el médico veterinario de la UC Temuco.