Los Andes e Himalayas estarán bajo una misma mirada. Y aunque la separación entre ambas cadenas montañosas es de miles de kilómetros, su comportamiento tiene cuestiones en común que inquietan a un grupo de investigadores de la UFRO y del Institute of Mountain Hazards and Environment, CAS, de China.
En una alianza inédita entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales, y la Facultad de Ingeniería y Ciencias, representadas por el Dr. Marcelo Somos y el Dr. Ivo Fustos, junto a Ningsheng Chen del mencionado instituto se preparan para dar vida a una ambiciosa investigación, que busca ampliar el estado del arte en la prevención y adaptación a desastres naturales que involucraron eventos en cascada, estudiar eventos en el pasado, comprender los mecanismos que producen peligros y proponer nuevas metodologías y tecnologías para mejorar la resiliencia y la adaptación.
En otras palabras, estudiar cuidadosamente los deslizamientos de tierra que ocurren tanto en zonas aledañas a Los Andes como en los Himalayas.
Pero, ¿Qué tienen que ver estos dos macizos, que puedan interesar a los investigadores? La respuesta del Dr. Fustos es que “ambos se generan por procesos de subducción, que es cuando placa oceánica baja y se mete bajo una segunda placa continental. Entonces, si bien el Himalaya tiene un ángulo de subducción más bajo respecto de Los Andes, ambos generan movilizaciones de tierra”.
Ese es precisamente el fenómeno que los científicos buscan develar. Por qué sucede, con qué frecuencia, cual es el historial, pero por sobre todo, ver cómo se puede predecir un evento para luego prevenir, especialmente en las poblaciones aledañas.
“Vamos a comparar áreas en China y Chile donde se han producido deslizamientos de tierra con características similares en el pasado para comprender el mecanismo que desencadena estos eventos”, explica el Dr. Somos.
Cabe recordar que, en diciembre de 2017, la Villa Santa Lucía, en la comuna de Chaitén, región de los Lagos, fue arrasada por un aluvión que sorprendió a toda su población; mientras que tres semanas después otro evento de la misma naturaleza, arrasó con la ruta que va desde Ensenada a Petrohué, que se ubica en la misma región. Ambos siniestros, son un punto de referencia, que se comparan, por ejemplo, con lo que sucedió en el área de Yigongen abril del año 2000, cuando se produjo una avalancha de roca que recorrió 8 kilómetros en solo 10 minutos.
“Es un estudio comparativo con el que aspiramos a acceder a nuevas capacidades de monitoreo y conocimiento para descifrar estos eventos y comprender los principales factores de control. Generaremos metodologías que permitirán una futura colaboración conjunta en la búsqueda de financiamiento para implementar soluciones”, concluyen los investigadores.