El próximo lunes 4 y martes 5 de enero más de 190 mil estudiantes de todo el país rendirán la Prueba de Transición (PDT) para la Admisión Universitaria 2021, examen que reemplazará a la PSU en un escenario de incertidumbre producto de la crisis sanitaria por Covid-19.
Al respecto, el director regional académico de la Universidad Mayor, Alejandro Ducassou, señala que lo principal es “tener la confianza que los contenidos que serán evaluados ya los han cursado en sus Escuelas y los han aprobado”.
El desafío, entonces, sería que esos contenidos emerjan nuevamente. Para eso, agrega el académico, es muy importante conversar con los compañeros y compañeras y, de manera especial, realizar pruebas tipo ensayo en grupo de tres idealmente.
La metodología consistiría en contestar primero las preguntas de forma individual y luego hacerlo en grupo. Este ejercicio permite identificar los errores y aprender de ellos desde la retroalimentación de sus propios compañeros.
“Este ejercicio cognitivo, primero individual y luego grupal, favorece la activación de los sistemas de atención, es decir, identificar lo importante para bloquear los distractores; participación activa, primero lo resuelvo y luego defiendo frente a mis compañeros la opción elegida, es una defensa fundamentada; retroalimentarnos en la fase grupal desde los aportes de otros compañeros: feedback; y, finalmente, consolidar lo aprendido, corregir las alternativas de mi ensayo con notas al pie que la vuelven a fundamentar o refuerzan el fundamento inicial: aprender para comprender”, explica.
“Estar atentos, involucrarse activamente, feedback y consolidación, son las claves para aprender en entornos presenciales y también virtuales”, concluye Ducassou.
Autocuidado
Durante este año la PDT ha traído consigo una serie de dudas respecto a su implementación y la forma concreta en que se medirán algunos contenidos. Esto, sin duda, agrega un porcentaje extra de ansiedad y preocupación a la que ya existe en los jóvenes por la importancia que tiene este hito en la vida personal y familiar.
“El contexto propio de preocupación, sumado a las características de la pandemia, que impiden compartir estas dudas y temores con los pares, ha puesto en la familia la gran responsabilidad de apoyar este proceso de forma tal que el joven se sienta comprendido y respaldado frente a todo evento”, señala Alexis Soto, director de la carrera de Psicología de la sede Temuco.
Sin duda, añade el académico, “el llevar una vida sana, hacer algo de ejercicio para quemar energía, hablar con amigos y conocer experiencias de otras personas que han pasado por una situación similar, ayudarán para asumir con más herramientas este proceso, pero no eliminarán en su totalidad la sensación de preocupación que existe, que en todo caso ayuda en los procesos de activación de recursos personales”.
“Sin lugar a dudas, el rol de la familia será clave en este proceso puesto que, sobretodo en este tiempo, se deben dejar fuera las expectativas y presiones, ya que lo irregular de estos últimos años lleva a un adolescente a sentirse más inseguro respecto de sus estudios y se le hace más difícil lidiar con su autoexigencia y la exigencia del entorno inmediato”, aclara el profesional.
Es por esto que Soto recomienda soltar, “hacer el mejor esfuerzo de preparación que sea posible y luego esperar resultados y decidir, no es tiempo de culpas, acusaciones y conflictos, que los hay por todos lados. Es tiempo de unidad, apoyo, contención y entusiasmo para enfrentar de la mejor forma este nuevo desafío”.