La exposición involucra a más de 200 tejedoras, en su mayoría mapuche, quienes mediante un proceso de creación, a partir del witral (telar mapuche), fibras naturales y teñidos de origen vegetal, dan origen a textiles que se unen en diferentes propuestas de diseño y montaje, generando un gran tejido colaborativo único, que representa la unidad y la solidaridad.
La iniciativa “Tejido de Fraternidad”, liderada por la Facultad de Arquitectura, Artes y Diseño de la Universidad Católica de Temuco, la Fundación Tierra del Encuentro y la Asociación “Newen Ngürekafe” (“Fuerza de Tejedora”), cuenta con la participación de seis asociaciones de tejedoras, el apoyo de universidades regionales como la Universidad Autónoma de Chile y la colaboración de diversas empresas y familias donantes, además de organizaciones de la sociedad civil..
La instalación consta de cuatro círculos conformados por cilindros de telares mapuche que cuelgan desde el cielo del hall del Centro Cultural. En el mundo mapuche, lo circular ha estado presente desde siempre en su concepción espacio-temporal, por ejemplo en la disposición de los asistentes a las ceremonias rituales, en los ciclos del día y en la representación gráfica del universo. En ese sentido, esta obra refleja también la relación de las cuatro fuerzas elementales, expresadas a través de un sistema donde todos los elementos del cosmos se relacionan y mantienen un equilibrio universal: el aire, el agua, el fuego y la tierra.
Dos de estos espacios recogen la materia prima, los vegetales que dan origen a los tintes, y el tercero refleja en su interior el cosmos sobre un espejo de agua. En tanto, el cuarto cilindro, conformado por un trazado en el piso de un poema del poeta mapuche y Premio Nacional de Literatura, Elicura Chihuailaf, da cuenta -mediante el vacío de este espacio- del sentido del viaje, del devenir y del tejido en una continua creación.
Rescatar el oficio ancestral del trabajo con los telares permite repensar el esfuerzo que las mujeres tejedoras mapuche de La Araucanía y Tirúa deben realizar para comercializar sus creaciones, el cual ha mostrado su rostro más frágil durante esta pandemia. Es por esto que la historia de este proceso y su trabajo colaborativo ha quedado retratado en el documental “Tejido de Fraternidad” de la periodista Carola Fuentes, el cual muestra “una renovada forma de colaborar y entrelazarnos entre los diferentes actores de la sociedad, invitándonos a tejer juntos un Chile más empático y fraterno, rescatando a su vez la riqueza y sabiduría de los saberes ancestrales”.