Cerca de 5,7 mil millones de pesos en pérdidas para la ganadería ovina, enfermedades mortales y ataques a humanos son algunas de las consecuencias del problema en Chile.
Unos 4 millones de perros sin supervisión, es la cifra que el Ministerio de Salud estima que deambulan a lo largo de nuestro país. Los canes son protagonistas de diferentes incidentes, entre los que destacan 50 mil mordeduras a personas y unas cinco a seis muertes de humanos cada año.
Perros ferales, perros asilvestrados, perros sin supervisión, son diferentes conceptos conocidos para describir al mismo fenómeno, que apunta a perros sin control humano.
“Los perros son domésticos por definición, lo que ha llevado a que estas últimas décadas se hayan implementado exigencias para su control y tenencia responsable”, explicó Andrés Muñoz Pedreros, académico de la Universidad Católica de Temuco y experto en fauna silvestre, quien añadió que “todo lo que escapa de esa definición corresponde a un perro sin supervisión”.
Dentro de esta nomenclatura, hay que hacer una importante distinción y es que estos pueden estar en un área urbana -lo que sería un perro callejero- o en el área rural, a los que se les conoce como asilvestrados. El docente destacó que la relevancia de esta diferencia radica en las diferentes consecuencias que cada uno de estos canes puede provocar.
“El perro callejero seguirá intentando comer lo producido por los humanos, buscando alimento en basureros o en las plazas. Por otro lado, en el área rural el perro intenta arreglárselas solo. Normalmente se juntan unos con otros, porque el perro es un animal gregario, estableciendo una suerte de jerarquías y dinámicas de captura de presas. Estos cánidos asilvestrados terminan asemejándose, en algunos aspectos, a los lobos, buscando atacar, para cazar y poder comer”, agregó el académico, médico veterinario y doctor en ciencias ambientales del Departamento de Ciencia Ambientales y del Núcleo de Estudios Ambientales UCT.
Salud pública
El fenómeno constituye un problema histórico a nivel nacional que al día de hoy ha sido abordado legislativamente pero no ha llegado a mejorar las condiciones de nuestro país. Respecto a esto mismo, Muñoz separa en tres consecuencias graves que generan los perros sin supervisión en el Chile actual, las que divide entre el impacto generado en la salud pública, en la economía y en la fauna silvestre.
El primero de estos es la amenaza a la salud pública. El profesor explica que más allá, y no por ello menos dramático, de las veinte muertes humanas que registra el Servicio de Salud en los últimos tres años, la transmisión de enfermedades es un factor de gran peligro.
“La cantidad de enfermedades que circulan como zoonosis (patologías que se traspasan desde los animales a los humanos) constituyen un problema de salud pública y no solamente por transmisión de la rabia, hay otras zoonosis como la hidatidosis, toxocariosis, salmonelosis, tiña, sarna, etc., transmitidas por las lamidas, mordeduras o contacto directo con sus heces de perros.
Daños económicos
Los ganaderos son otras de las víctimas de los perros sin supervisión, los que durante décadas han enfrentado pérdidas en diferentes especies domésticas como bovinos, ovinos y aves de corral.
La literatura precisa que en 2014, ya se tenía registro que los perros sin supervisión en zonas rurales del país, mataban anualmente a 57 mil ovejas, generando pérdidas que al día de hoy llegan aproximadamente los 5,7 mil millones de pesos para el sector ganadero.
Estos pequeños rumiantes no son las únicas víctimas de los perros asilvestrados, de hecho “es común que por supervivencia ataquen a vacas lecheras mordiéndoles los pezones, y pezones rotos implica una vaca que puede salir del sistema productivo”.
Muñoz Pedreros explicó que esto no es nada nuevo, sino que “da cuenta de un hecho planteado por los ganaderos en la Sociedad Nacional de la Agricultura hace décadas. En el campo, antiguamente esto se controlaba cazando a los perros, hecho que la legislación actual en general prohíbe, pero no resguarda la economía de los ganaderos”.
Fauna silvestre
El académico advirtió que uno de los motivos de preocupación más grandes a nivel país e internacional de los perros sin supervisión, es su impacto en la conservación de la fauna silvestre; debido a que, a la fecha, han contribuido en la extinción de 11 especies vertebradas y son una amenaza conocida para 200 especies, entre las que destacan 96 mamíferos, 78 aves, 22 reptiles y tres anfibios a nivel mundial.
Pero el problema no sólo es culpa de los perros sin supervisión. Muñoz Pedreros afirmó que han encontrado perros, bajo supuesta supervisión de terceros, “matando pudúes, coipos y aves marinas en las playas”.
“El fenómeno no radica únicamente en la depredación, sino que muchas veces en la interrupción de los ciclos vitales de las especies. Los perros en las playas se comen los huevos y espantan a las aves, impidiendo su reproducción; es decir, están perturbando los ecosistemas y la subsistencia de las especies impactadas, por otro lado, los perros transmiten enfermedades a la fauna silvestre como el distemper canino, rabia, parvovirus, etc., y también parásitos como garrapatas, pulgas, piojos y sarna y helmintos. Esto ya se ha detectado, en Chile, en al menos en zorros culpeo y chilla” añadió.
Respecto a una solución al conflicto, el académico sostiene que es necesario “que se implemente una mesa de diálogo, involucrando a todos los actores, como el Colegio Médico Veterinario, el Colegio Médico, la Sociedad Nacional de Agricultura, las organizaciones animalistas, etc. Que todos participen en la construcción de una solución a un conflicto que viven miles de personas en nuestro país, apoyado con la disponibilidad de recursos, de las autoridades pertinentes para que su implementación rinda frutos”.