Hace unos años Gladys Quilaqueo, estudiante del Liceo Hualpín, de Teodoro Schmidt, decidió que continuaría la especialidad de gastronomía en su establecimiento con un claro propósito: rescatar el legado de sus ancestros mapuche a través de la creación de preparaciones con identidad. Por eso fue una de las más entusiastas en el taller sobre cocina que dirigió el destacado chef José Luis Calfucura, rostro en varios programas de televisión.
“Al chef José Luis lo conocía sólo desde la ‘tele’ y fue muy entretenido que haya venido a nuestro liceo. La mayoría de quienes estudiamos acá somos mapuche, entonces fue súper bueno que nos haya contado cómo valoriza la cultura y la traspasa en la cocina. Hoy me quedo con la sensación de que tengo que escuchar más a los mayores, que tengo que valorar los productos que nos entrega la tierra y que quiero seguir este camino, como el chef José Luis. La gastronomía mapuche puede ser muy innovadora y además es saludable”, señaló la joven.
Este taller también contó con la presencia de estudiantes de la misma especialidad del Liceo Reino de Suecia, de la comuna de Saavedra, y se enmarca en el Proyecto Liderazgo para la Calidad Educativa de los Liceos de la Provincia de Cautín, iniciativa impulsada por Fundación Luksic y Educación 2020, que durante cinco años ha aportado en el fortalecimiento del liderazgo de los sostenedores, equipos directivos y docentes, para fomentar el protagonismo de los estudiantes de la Región.
Así lo explicó Claudia Silva, subdirectora del Centro de Liderazgo Educativo de Educación 2020 en La Araucanía, quien además manifestó que “estamos muy contentos de impulsar esta actividad en alianza con Fundación Luksic, que permite que los estudiantes de la educación técnico profesional fortalezcan aspectos identitarios, como un elemento clave para el éxito en su trayectoria educacional y laboral. Hoy no sólo aprendieron de su especialidad, sino además de la riqueza de su cultura”.
Otras impresiones
José Luis Calfucura, también conocido como “Mapuchef”, señaló que se sintió muy identificado con los jóvenes que participaron en la actividad. “Me emocionó sentir la gratitud de los chicos y les traté de comunicar que siempre creyeran en ellos y en sus sueños. Es importante que los jóvenes tomen la opción de ser grandes en la cocina para que revaliden su identidad y su lugar en el mundo”, expresó.
Desde el punto de vista de la formación técnica, este chef invitó a los estudiantes a visualizar el potencial turístico de la zona en la que viven y, desde esa base, ofrecer una apuesta gastronómica alternativa, con un valor distinto. “La vida está hecha de aciertos y desaciertos. Van a existir muchas ocasiones en las que quizás las preparaciones no les van a resultar, pero siempre hay que ser perseverante”, dijo mientras realizaba distintos platos con productos de la zona.
Sebastián Lillo fue otro de los estudiantes del Liceo Reino de Suecia que se sumó al taller, experiencia que describió como «muy buena». “Acá a la zona no llegan muchos chefs profesionales, así que fue emocionante conocerlo y aprender de su clase, porque a mí también me gustaría seguir en la cocina de mi región”, aseguró el joven.
Una visión similar manifestó Camila Huaracan, quien sostuvo que “desde el tiempo que yo llevo en el liceo, nunca habían traído a un chef conocido. Me parece interesante que él, a pesar de no ser de La Araucanía, igual quiso trabajar en la cocina mapuche para reencontrarse con sus raíces. Nos motivó a que trabajemos en la zona y eso me gustaría hacer”.
En la actividad, Gabriel Herrera, del Liceo Reino de Suecia, fue la mano derecha de José Luis Calfucura, lo que para él fue “una oportunidad muy buena, porque una de las cosas que aprendí es que es importante atreverse a crear y a improvisar en las preparaciones. Ojalá tengamos nuevas oportunidades como éstas, para compartir con personas que les ha ido bien en el tema laboral”.