Temuco tiene un enlace lingüístico con los árboles, ya que la palabra, proviene del mapudungun, usualmente traducido como “agua de Temu” pero también se ha propuesto «temu en las aguas», aludiendo al ecosistema húmedo en el que crece. Sin embargo, estos ejemplares en la actualidad no se encuentran al recorrer la ciudad, pero su presencia le dio el nombre a la capital de La Araucanía.
Este proyecto generado bajo el alero de la Dirección de Vinculación con el Medio UFRO, en convenio con MINEDUC, busca relevar tanto el patrimonio cultural, como natural de La Araucanía. En esta primera etapa, se ha estudiado árboles centenarios como parte del patrimonio original de la región, considerando que existen individuos de roble, de más de 400 años, en la denominada zona de referencia del proyecto: el parque Ecológico y Cultural Rucamanque. Los bosques presentes allí, se consideran un relicto del bosque nativo primario, del paisaje original de La Araucanía, lo que hace destacar al parque por su gran valor de conservación. A través del estudio dendrocronológico (registro de vida del árbol a través de sus anillos) se han datado individuos de grandes dimensiones de especies como el laurel, lingue, olivillo y roble, considerando que estas mismas especies aún son posibles de encontrar en la ciudad de Temuco. Además, se les han medido atributos dignos de destacar, en cuanto a edad, dimensiones de sus copas, altura y otros.
Actualmente el equipo de investigación liderado por el profesor Rodrigo Vargas Gaete, ingeniero forestal, doctor en recursos naturales del Departamento de Ciencias Forestales de la UFRO en conjunto con Camila Fernández Urrutia, ingeniera en recursos naturales, se han enfocado en Temuco, catastrando árboles antiguos nativos, por todo el radio urbano de la ciudad, para encontrar el correlato urbano del bosque existente en el parque Rucamanque. Esto, como evidencia del bosque que existía en la ciudad previo al emplazamiento de calles, casas y edificios, como la conocemos hoy. Fue así como se enteraron que en el Parque Germán Becker, hay árboles de laurel y olivillo que muy probablemente son más antiguos que la misma fundación de la ciudad. En Isla Cautín, los especialistas han puesto atención en los boldos que se encuentran presentes en este parque urbano, pero mencionan dificultades para estudiar la edad de ésta especie, dado que existe menos información.
Sabemos acerca de la importancia de los árboles y organismos vegetales, como piezas vitales para frenar el avance del cambio climático, como consumidores de dióxido de carbono y productores de oxígeno. Evitan la evaporación del agua del suelo, salvaguardando el suelo de la erosión. También sabemos que, para el pueblo mapuche, no son menos importantes que otras manifestaciones de vida. Por ello desde esta iniciativa, el arbolado urbano se pretende reivindicar como parte del patrimonio cultural, para así poder conocerlo y conservarlo o restaurar. El proyecto tiene contemplado también, captar relatos de personas que circunden estos árboles añosos y en un futuro crear una ruta de ejemplares arbóreos patrimoniales. Así mismo, se entregarán los resultados a la Municipalidad de Temuco, gracias al convenio que la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad, tiene con el estamento municipal; logrando así un accionar en conjunto, en estos temas tan relevantes para la comunidad regional.