Es un problema de salud pública que es necesario abordar, ya que los niveles elevados de colesterol son un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las cuales, a su vez, son la principal causa de muerte en países desarrollados y en vías de desarrollo, como Chile.
“El infarto agudo al miocardio y los accidentes cerebrovasculares son el resultado de una enfermedad inflamatoria y progresiva, denominada aterosclerosis, que se caracteriza por el estrechamiento de los vasos sanguíneos debido a la presencia de placas de ateroma, que se originan por el depósito de colesterol y otras moléculas dentro de las arterias, impidiendo el normal flujo sanguíneo hacia los tejidos”, explica el Dr. Luis Salazar, líder del proyecto e investigador de la Facultad de Medicina de la UFRO.
Tratamiento individualizado
Precisamente para tratar este problema, es que el Dr. Salazar, desarrolla un proyecto que busca revolucionar el tratamiento que hasta ahora se conoce. Se trata de un estudio que apuesta por la farmacogenómica y medicina personalizada. Según Salazar, hasta ahora, se ha confirmado que los medicamentos que se usan para disminuir el colesterol son efectivos, pero la respuesta terapéutica varía mucho de un sujeto a otro: “se observa que con la misma dosis y los mismos niveles basales hay mucha variabilidad en los resultados”, dice.
Esta diferencia en la respuesta terapéutica puede ser explicada por diversos factores. Entonces, la idea es indagar el efecto de mecanismos epigenéticos, conjunto de reacciones químicas y otros procesos que modifican la expresión de los genes, pero sin alterar la secuencia del ADN.
El investigador explica que la idea es evaluar microRNAs, pequeñas moléculas de RNA endógenas (sintetizadas por la propia célula) con una longitud entre 19 y 22 nucleótidos, de cadena sencilla y no codificantes, los que serán extraídos del plasma de los pacientes, para luego validar su uso como biomarcadores que permitan predecir la respuesta terapéutica.
Así, los especialistas podrían adelantar si una persona responderá efectivamente o no a la terapia con esta clase de medicamentos.
“Apostamos a disminuir el riesgo y costo asociado al tratamiento. Si luego de tres meses se comprueba que el paciente no responde, son tres meses perdidos donde, además, el paciente ha estado expuesto a otras complicaciones. Pero si previo a la terapia, se determina mediante marcadores moleculares que ciertos medicamentos o determinadas dosis de ellos no funcionarán, implicará un ahorro de tiempo y dinero, y no se pondráen riesgo la salud del paciente. Este enfoque es lo que se conoce actualmente como medicina personalizada o de precisión”, puntualiza.