Camila Chávez, jefa de carrera y docente de la carrera de Nutrición y Dietética de
la Universidad Santo Tomás Temuco, recomienda conductas como mantener un
peso adecuado, alimentarse sano, realizar actividad física y respetar el ciclo
circadiano del sueño.
El alarmante incremento de diabetes e hipertensión en niños y adolescentes chilenos ha
encendido las alarmas entre los profesionales de la salud y se ha hecho necesario
implementar estrategias preventivas más efectivas. Camila Chávez, jefa de carrera y
docente de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Temuco, insta a la
comunidad a adoptar cambios urgentes en el estilo de vida para combatir este problema.
Recomienda mantener un peso adecuado, alimentarse saludablemente, realizar actividad
física y respetar el ciclo circadiano del sueño como medidas preventivas clave.
En la actualidad, las altas cifras de sobrepeso y obesidad en los niños y adolescentes son
preocupantes, sostiene Camila Chávez, jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la
Universidad Santo Tomás Temuco, quien manifiesta que un claro ejemplo de ello es que
en quinto básico, 3 de cada 5 estudiantes presentan sobrepeso, obesidad u obesidad
severa. Factores que aumentan el riesgo de padecer enfermedades como diabetes
mellitus e hipertensión arterial.
“Los niños pueden presentar estas enfermedades por las mismas razones que los
adultos: exceso de peso, mala alimentación y falta de ejercicio. La aparición de estas
enfermedades desde la niñez contribuye a aumentar el riesgo de padecer síndrome
metabólico, lo que a su vez aumenta el riesgo cardiovascular a corto y largo plazo.
Además, podría asociarse a problemas cognitivos que se reflejan en problemas de
rendimiento escolar” indicó Chávez.
Camila, además, agrega que es importante que, como factor protector para evitar este
tipo de enfermedades, implementar conductas, como: mantener un peso adecuado,
alimentarse sano, realizar actividad física, y respetar el ciclo circadiano del sueño,
procurando un descanso reparador.
“Es de vital importancia realizar cambios en el estilo de vida, promoviendo el consumo de
frutas y verduras de estación, en lo posible en su forma más natural, lácteos de
preferencia descremada, frutos secos, evitando los que contienen sal, aumentar el
consumo de legumbres al menos dos veces por semana y también procurar mantener el
consumo de agua en forma diaria, siguiendo una alimentación baja en sodio, grasas y
azúcares” señaló la docente de la UST Temuco.