La crisis sanitaria que se vive en el mundo entero ha replanteado el rol de la educación universitaria, lo que ha significado un desafío para continuar con la formación sin desmedro de la calidad.
La Universidad Católica de Temuco ha implementado un plan de retorno donde se han priorizado las actividades prácticas y los talleres. “Estamos trabajando por incrementar al máximo posible la presencialidad en nuestras actividades académicas formativas, especialmente en aquellas que se han definido como prioritarias”, comentó el Vicerrector Académico, David Figueroa.
En este marco, la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCT adelantó la habilitación de una moderna sala de simulación clínica que se ha puesto a disposición de los y las estudiantes para robustecer su proceso formativo. “La formación de profesionales de la salud en Chile, en lo que respecta al desarrollo de habilidades clínicas requiere del acceso a experiencias clínicas y de retroalimentación de los desempeños que sea oportuna y pertinente. En ese sentido la simulación clínica es una estrategia de enseñanza-aprendizaje y de evaluación de aprendizajes muy valorada que es además factible de utilizar en todos los ciclos formativos de pregrado, posgrado y educación continua. Para ello, se construyen escenarios clínicos que recrean la realidad de la manera más fidedigna posible con herramientas como simuladores, pacientes estandarizados o juegos de roles para demostrar habilidades y toma de decisiones integradas acorde a resultados de aprendizaje previamente definidos, con posterior retroalimentación y reflexión para asegurar aprendizajes significativos y duraderos. Para nuestra Facultad es un desafío escalar esta experiencia formativa a todas las carreras en distintos ciclos, como forma también de garantizar equidad en la trayectoria y logro estudiantil, al proporcionar a todas oportunidades similares de aprendizaje, antes de desempeñarse en contextos clínicos reales”, señala la decana de la Facultad de Salud, Bertha Escobar.
“La sala permite realizar parte del internado de nutrición clínica, donde el/la estudiante junto a un/a docente clínico de manera permanente desarrolla la atención nutricional integral a pacientes simulados (actor/actriz) y fantomas (adulto/infante), integrando los saberes (conceptuales, procedimentales y actitudinales) para su futuro desempeño profesional, atendiendo a la diversidad y centrando su rol en la prevención, la recuperación y la promoción de la salud”, señala Angélica Cartes, jefa de la carrera de Nutrición y Dietética, uno de los programas que hace uso de este espacio de aprendizaje teórico-práctico durante este semestre.
Una experiencia que ha sido enriquecedora para estudiantes como Thania Chamblas de la carrera de Nutrición y Dietética quien admite que la sala de simulación ha sido todo un desafío: “es difícil aplicar cuatro años de teoría en pacientes simulados que se encuentran en estado crítico de salud, sin embargo, me ha permitido aplicar mis conocimientos, compartirlos con mis compañeras y por sobre todo aprender de una docente que es experta en esta área. En sala de simulación he podido aplicar fórmulas estimativas, considerar aspectos claves en la dietoterapia para cada patología, realizar evaluación antropométrica, evaluar parámetros bioquímicos, interacción fármaco nutriente, entre muchos otros aspectos, además de fortalecer mis habilidades comunicativas. Considero que la sala de simulación contribuye significativamente en el proceso de aprendizaje del estudiante y es una oportunidad que no se debe desaprovechar para futuras generaciones de la carrera, idealmente considero que debiese ser utilizada lo máximo posible dentro de todos los años de la carrera, de esta forma el estudiante podrá complementar aún mas su formación académica y sentirse mucho más preparado al enfrentar el proceso de práctica profesional”, finaliza la estudiante.
Esta sala, al igual que todos los ambientes formativos de la institución, cuenta con protocolos de acceso y sanitización por el Covid-19, para resguardar la salud de quienes forman la comunidad universitaria.
Con esto, la UCT reafirma su compromiso con la educación de calidad e invita a las y los jóvenes a que, en pro de la calidad de su formación profesional, consideren retornar a las aulas en los cursos priorizados.