Por primera vez estudiantes de diferentes carreras de la Universidad Católica de Temuco vivieron una experiencia de servicio y de aprendizaje a través de los Trabajos Comunitarios UCT, organizados por el Voluntariado de la Universidad con el objetivo de favorecer su vinculación con la comunidad local.
Premunidos de materiales, buena disposición y alegría, llegaron hasta el sector Lanín de la comuna de Temuco para regalar su tiempo y sus talentos dejando su huella en cada mejora que realizaron en los diferentes hogares a través de labores de pintura, orden y limpieza.
En total fueron 33 los voluntarios y voluntarias de las carreras de Tecnología Médica, Kinesiología, Terapia Ocupacional, Fonoaudiología, Psicología, Ingeniería Comercial, Derecho, Agronomía y Trabajo Social quienes brindaron un gran apoyo a adultos mayores usuarios del Programa de Atención Domiciliaria al Adulto Mayor del Hogar del Cristo en el sector, ayudando en la mantención de sus hogares, pero dándose tiempo también para la convivencia, estrechando lazos de amistad entre las y los participantes.
“La actividad fue una maravillosa oportunidad para que los estudiantes de la UC Temuco, pudiesen tener la experiencia de ayudar a otros que más lo necesitan, entregando algún tipo de solución y acompañando, aportando de esta forma a la sociedad. Los jóvenes asumieron la iniciativa con un gran compromiso, sacando adelante un trabajo que es físico, intelectual y a la vez espiritual, que es digno de destacar. Debieron superar dificultades, dejar las comodidades y el tiempo libre, y optar por participar de esta actividad organizada por la Universidad, al servicio de la comunidad” comentó Montserrat Fernández, coordinadora de Voluntariado Universitario.
Testimonios
Para los participantes, fue una experiencia muy valiosa en su formación profesional, pero pincipalmente para la vida. Así lo comentó Melanie Mercado, estudiante 3er año Tecnología Médica quien dijo que “el voluntariado comunitario fue una experiencia sumamente enriquecedora, viví una realidad que no muchos conocen, que la verdad pensé que era menos común y me hizo recordar a mis propios abuelos; siento que con este voluntariado no solo mejore mi calidad como futura profesional sino que también mi crecimiento personal.En nuestro grupo nos tocaron dos adultos mayores, don José y su esposa Alicia, debíamos ayudarlos en su casa con el orden y pintura, debo reconocer que al llegar lo vimos difícil, pero a medida que avanzábamos y nos íbamos acercando, sentimos sería posible. La segunda jornada llegamos más preparadas con lo que debíamos hacer para terminar y algunas cosas extra que necesitaban y al finalizar el día y darnos cuenta que todo se había logrado mejor de lo que esperábamos, supimos que aunque esto no fuera un trabajo remunerado, la satisfacción al ver lo que sentían, su emoción con su casa terminada y saber que los ayudamos en algo tan importante para ellos, fue el mejor pago que pudimos tener”, comentó emocionada la estudiante.
“Ser parte de esta actividad me permitió desarrollar un trabajo en equipo con personas que no conocía antes, siendo todas de la misma universidad. Unidas, todas por lograr de los espacios en los que estuvimos, lugares más gratos y limpios. Mi colaboración en esta actividad me permitió ver una realidad muy fuerte y distinta a lo que podría haber imaginado. Creo que los adultos mayores, son tesoros vivos que debemos cuidar y respetar, y es triste encontrarse con adultos mayores en condiciones que nadie quisiera estar, no tanto por la limpieza del hogar sino por el abandono. Creo que existe un gran desafío aquí para los Trabajadores Sociales y para la Sociedad en general, para crear un espacios gratos y confortables para nuestros adultos mayores” dijo Marcela González, estudiante Trabajo Social de quinto año.
Daysi Aguilera, trabajadora social y coordinadora del Programa de Atención Domiciliaria de Adulto Mayor Lanín, agradeció el trabajo realizado y la buena disposición de los jóvenes a trabajar con los adultos mayores. “Como equipo de trabajo del Programa del Hogar de Cristo, al igual que nuestros adultos mayores, valoramos enormemente el sentido de solidaridad y empatía de los estudiantes; sin duda su entusiasmo y compromiso dio lugar a un espacio de encuentro intergeneracional donde pudieron compartir experiencias y vivenciar las realidades de nuestros adultos mayores contribuyendo en su bienestar a través de acciones concretas.Entre las impresiones de nuestros adultos mayores se encuentra un sentimiento profundo de agradecimiento tanto por las tareas realizadas como por la humildad con la que llegaron a sus hogares siendo un espacio de colaboración y encuentro. Como Programa PADAM del Hogar de Cristo valoramos significativamente el compromiso de los estudiantes y de vuestra institución ya que creemos enérgicamente que cada acción realizada contribuye a entregar amor y dignidad a nuestros adultos mayores” concluyó la coordinadora.