“Fue todo muy rápido. Recuerdo que cuando se agravó la situación en Italia, nadie esperaba que algo así ocurriera en España, no a esa velocidad por lo menos”, cuenta María Belén Solís, estudiante de cuarto año de Medicina Veterinaria de la Universidad Mayor sede Temuco.
La joven, que residía desde el 23 de enero en la ciudad de Lugo, Galicia, se encontraba de intercambio en la Universidad de Santiago de Compostela, al noroeste de España, cuando el país declaró cuarentena total.
“Lo último que hice antes de ese 14 de marzo, fue celebrar un cumpleaños con amigos de distintos países. Estuve en cuarentena casi dos meses, y la respeté todo el tiempo. Solo salía al supermercado”, recuerda Solís, quien compartía un piso con cuatro personas más.
Para entonces, la situación de España era noticia en todo el mundo. Con casi 6 mil contagiados, la pandemia —que entró sin mayor aviso al país a principios de febrero— comenzaba a silenciar calles, locales de entretención y servicios públicos.
“Lo primero que pensé fue que, tal vez, no podría seguir yendo a las clases que me encantaban, conociendo gente y hacer los viajes para los que me había organizado. Pero, no sentí que fuera grave hasta que empezó a pasar el tiempo. Era una onda de emociones negativas que, a veces, se volvían optimistas”, agrega.
La estudiante admite que lo más “crudo” de este periodo fue sentir que “este sueño” no se cumpliría totalmente.
“Aunque estoy conforme con el tiempo que logré estar ahí, el cual disfruté mucho, fue crudo sentir frustración a veces, porque era algo que salía completamente de nuestras manos. También, fue difícil tomar la decisión de regresar a Chile y dejar ir ese sueño”, precisa.
Retorno a Chile
María Belén decide realizar su intercambio en España, por el prestigio de las universidades de ese país en el ámbito de la medicina veterinaria. “Intenté no hacerme muchas expectativas antes del viaje, disfrutar lo que viniera, si no me habría afectado mucho más lo que pasó”, señala.
Por otra parte, la joven dice que la Universidad, a través de Medicina Veterinaria de la sede Temuco y de la Dirección de Relaciones Internacionales, le entregó apoyo durante todo este proceso. “Mi carrera me ayudó a retomar el semestre, lo cual agradezco mucho, y mis compañeros también me ayudaron a ponerme al día”, añade.
A Chile regresó el 9 de mayo, embarcándose en un viaje con destino a Temuco al día siguiente.
—¿Cómo fue el proceso de retorno a Chile?
—Fue difícil, porque no habían vuelos y nos tuvimos que apoyar entre todos los chilenos que estábamos allá para conseguir un vuelo de repatriación, lo que significó un gasto extra de energía y dinero. Viajar en medio de la pandemia fue toda una travesía, porque tenía que cuidarme más de lo normal, en condiciones que no siempre eran las más adecuadas. También, fueron muchas horas de viaje, porque yo vivía lejos de Madrid, entonces viajé en tren y me quedé en Madrid donde una chilena antes del vuelo.