Por sus condiciones, Chile es el país de la OCDE más expuesto a desastres de origen natural, lo cual se ve reflejado en los recurrentes cataclismos que destruyen viviendas e infraestructura, generando —además— consecuencias ambientales, eliminando fuentes de empleo y afectando a aquellos más vulnerables.
Pese a los avances logrados en las últimas décadas sobre la respuesta a las emergencias y a los cambios en los códigos de construcción para resistir sismos de gran magnitud, aún quedan muchas preguntas para enfrentar los eventos que afectarán a nuestras ciudades en el futuro.
¿Cómo nos preparamos? ¿De qué información disponemos? ¿Cómo podemos planificar nuestras ciudades?, fueron algunas de las respuestas que la Dra. Elizabeth Wagemann respondió en la primera Cátedra del Futuro 2019 realizada en el Aula Magna de la Universidad Mayor Sede Temuco.
Wagemann, quien es arquitecta, magíster de la Universidad Católica y doctora de la Universidad de Cambridge, profesora asistente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Mayor y coach D-School de nuestra casa de estudios, entregó información clave para enfrentar los riesgos socionaturales en Chile.
Riesgos socionaturales
Para ello abordó cuatro puntos clave, comenzando por la importancia de estudiar los riesgos a los cuales se enfrenta el país. A ello se suman cambios conceptuales, comenzando con que los desastres no son naturales, son más bien riesgos socionaturales. Tras ellos habló de los desafíos en el proceso de emergencia, reconstrucción y prevención, etapas de un mismo ciclo. Y, finalmente, de las oportunidades de mirar al futuro a través de la resiliencia y el desarrollo, “a partir de una reconstrucción que nos permita mejorar la situación que vivimos actualmente”, precisó.
“No solo somos el país de la OCDE más expuesto a desastres de origen natural, también somos el que más invierte en reconstrucción”, dijo la Dra. Wagemann, complementando que “durante todo el año estamos expuestos a terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, inundaciones, y también a otros tipos de evento como la sequía, que genera problemáticas a largo plazo”.
La arquitecta explicó que Chile ha ido aprendiendo de estos eventos y generando nuevas normativas, las que definen —por ejemplo— los estándares con los cuales se construye hasta el día de hoy.
“Dicha normativa nace después del terremoto de Talca de 1928. Luego, tras el terremoto de Chillán en 1939 nace la Corfo, que permitió generar una industria en torno a la construcción hasta el día de hoy. Asimismo, tras el terremoto de Illapel en 1971 nace la Onemi, para resolver de manera más sistematizada las problemáticas asociadas a desastres”, señaló, explicando que “nosotros somos quienes tenemos que enfrentar los eventos de la naturaleza con una mirada distinta”.