En julio de 2018 los estudiantes del Taller A 1 de la carrera de Arquitectura cerraron su semestre presentando una serie de proyectos construidos en pequeña escala, los cuales fueron diseñados junto a vecinos de Temuco y Padre Las Casas. Luego de un tiempo las ideas crecieron y finalmente uno de ellos logró convertirse en realidad.
Se trata de un mirador y huerto vertical en el sector Pichicautin, lugar hasta donde se trasladó un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Construcción para trabajar durante el verano. Según explicó Manuel Bravo, jefe de la carrera de Arquitectura, “esta acción es parte de la responsabilidad social que deben tener los estudiantes de la Autónoma comprometidos con la comunidad. Es importante que ellos no solo estén en el aula desarrollando proyectos que son irreales muchas veces, sino que asuman problemáticas de verdad, que conversen de frente con una comunidad a la cual ellos puedan solucionar un problema más allá de lo académico, por lo que esperamos replicar la iniciativa el próximo verano”.
El trabajo en terreno fue guiado por el académico Carlos García quien sostuvo que lo más importante “en la enseñanza de los alumnos es que ellos aprendan a construir. Esta es la primera experiencia en terreno para quienes fueron parte del taller y sin duda será de un gran valor para ellos, es la primera vez que pueden traspasar el aprendizaje a una escala real, diseñar, ver los detalles y ver cómo funcionan las formas y estructuras”.
El equipo en terreno estuvo conformado por diez estudiantes que a pleno sol no dejaron jamás de trabajar. Organizaron sus turnos y almorzaron junto a los vecinos para poder así conectarse con lo que ellos necesitaban. Maximiliano Muñoz fue uno de ellos para quien este trabajo de verano “le entregó más conocimiento y la posibilidad de plantear de verdad lo que imaginamos en papel”.
Mientras que para Benjamín Olate, quien ofició de “jefe de obra“, según bromearon sus compañeros, “fue muy interesante el proceso de la idea hasta llegar a la obra, lo que es muy complicado de ver en los talleres”.
Pero el trabajo no fue de un día para otro. Gladys Barría, presidenta del comité Villa San Francisco, relató “hace más de un año estamos viendo las maquetas. Vinieron al sector para ver si era factible de construir y hoy estamos aquí muy agradecidos del trabajo porque ninguna universidad se había acercado antes al sector”.
El mirador y huerto vertical permitirá a los vecinos de Pichicautin tener un nuevo punto encuentro para toda la familia.