El biotecnólogo, Diego Ramírez Liencura, ha venido evidenciando las potenciales de los alimentos mapuche y la aceptación de los consumidores regionales, especialmente en aquellas iniciativas que incorporan algún grado de innovación o transformación, y que agregan valor a nuevos productos, pero conservando los sabores ancestrales y las condiciones organolépticas de origen.
Un estudio de mercado sobre gastronomía mapuche realizado por el Instituto de Agroindustria de la Universidad de La Frontera, otorgó antecedentes sobre el interés de las personas (encuestadas) en conocer y tener mayor acceso a los alimentos que forman parte de gastronomía mapuche, y tenerlos a disposición en almacenes.
En el caso particular del muday, es un producto de interés para jóvenes y adultos, que podría presentarse al mercado regional y nacional en un envase reciclable y/o retornable, y expandirse de esta manera al segmento de hotelería, restaurantes y catering (HORECA). Lo anterior, según la información obtenida tanto en puntos turísticos de La Araucanía, así como también de la opinión de personas encuestadas en otras ciudades, considerando a quienes se autodefinen pertenecientes a la etnia mapuche y a quienes no.
Este proyecto, financiado por FIA en la línea de Jóvenes Innovadores, está siendo coordinado por el biotecnólogo egresado de la UFRO, Diego Ramírez Liencura. La iniciativa contempla los recursos necesarios en infraestructura para la habilitación de una sala de procesos y también para el prototipaje del producto. “Soñamos con un muday en botellas de 220 o 350 ml, disponible todo el año y no sólo en la estación estival, y que ofrezca una experiencia de encuentro con los sabores ancestrales”.
Con buena experiencia alcanzada en la industria alimentaria, en donde Diego ha abordado el desarrollo, calidad e inocuidad de las bebidas fermentadas tanto en el contexto de investigación como en el productivo, el biotecnólogo dice que este interés tiene una raíz, que corresponde a su vocación social; por un lado, el trabajo vinculado a distintos sectores de la población, y por otro, su incidencia cultural, que le identifica como lafquenche.
“Me siento motivado a trabajar por el medioambiente, por el patrimonio cultural en todas sus formas, y más profundamente, este deseo de posicionar el muday como bebida fermentada a nivel regional surge del propósito de preservar las preparaciones ancestrales y llevar los sabores como parte de la gastronomía mapuche a todos los consumidores, en general”, indicó.
Actualmente, Diego Ramírez se encuentra en varias iniciativas buscando el desarrollo personal, el aporte a la región e incidencia en políticas públicas que apoyen el bienestar del sector, promoviendo el desarrollo social e integración de la fuerza laboral rural en la región de la Araucanía a través de la Mesa Regional de Jóvenes Rurales.