El Parque Nacional Conguillío es el más visitado de la región y, por ende, sus senderos son los más recorridos por los visitantes. Eso lo transformó en el escenario ideal para que siete estudiantes de kinesiología implementara un proyecto que entre el 2 y el 18 de enero recientes se dedicó a monitorear la intensidad y demanda fisiológica que implica para cada persona adentrarse en el parque.
¿Cómo lo hicieron? Un arnés y un cinturón adosados al pecho del individuo. Fueron decenas los que aceptaron realizar el sendero Sierra Nevada con el implemento de monitoreo. “La investigación se basó en la demanda física que requiere recorrer el sendero, que según cada persona, demora entre 3 y 6 horas de recorrido. Una vez concluido, al regreso, se les realizaron masajes y otros procedimientos para luego verificar cuán rápido se recuperaban de la actividad”, explica Carlos Bahamondes, docente de la carrera de Kinesiología de la U. Mayor.
Él mismo explica en términos simples que los masajes y otros buscan que la persona quede menos “molida” tras la exigencia física.
Hasta ahora Conaf no contaba con datos ni registros de este tipo, los que serán proporcionados por los estudiantes una vez analizados los datos. Actualmente solo un guardaparque se encarga de verificar el acceso a los senderos, sin seguimiento.
El grupo permaneció las dos semanas que duró la investigación en terreno dentro del parque, viviendo en una cabaña y trabajando en el sendero durante las mañanas. El equipo retornó el viernes pasado a Temuco.