Académica de la U. Mayor entrega claves para identificar y tratar la enfermedad celíaca

    “La enfermedad celíaca es una afección autoinmune que daña al revestimiento del intestino delgado”, señala Eugenia Saavedra, docente del área Clínica de Adultos de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Mayor sede Temuco

    Este daño proviene de una reacción a la ingesta de gluten, proteína que se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno y, posiblemente, en la avena, además de alimentos elaborados con estos ingredientes.

    “Esta intolerancia puede presentarse en cualquier momento de la vida, desde la lactancia hasta cuando somos adultos y es una enfermedad crónica”, agrega la especialista, quien indica que aún se desconocen sus causas exactas.

    Según explica Saavedra, el revestimiento o las paredes de los intestinos tienen pequeñas áreas llamadas vellosidades intestinales que se proyectan hacia afuera en la abertura del intestino y que ayudan a absorber los nutrientes.

    Cuando las personas con enfermedad celíaca consumen alimentos con gluten, desencadenan una respuesta autoinmune con aparición de anticuerpos específicos. “La ingesta de gluten produce una inflamación y lesiona las vellosidades intestinales. Debido a ese daño, las vellosidades son incapaces de absorber el hierro, las vitaminas, sales minerales, proteínas, hidratos de carbono, lípidos y agua en forma apropiada”, añade.

    Atención con los síntomas

    La académica dice que los síntomas más frecuentes de la enfermedad celíaca son la pérdida de peso, diarrea crónica, anemia, distensión abdominal, retraso en el crecimiento, aparición de aftas bucales y caída de cabello, lo que se traduce en desnutrición y mal absorción.

    Asimismo, precisa que “dependiendo de la sensibilidad individual, los síntomas pueden ser muy marcados o incluso estar ausentes (asintomático), lo que muchas veces dificulta el diagnóstico de esta patología”.

    Sobre el diagnóstico indica que “se realiza a través del análisis de anticuerpos específicos en la sangre, análisis de heces fecales que ayudan a confirmar la enfermedad, y que permiten iniciar el proceso diagnóstico que se completa con la biopsia endoscópica”.

    Aquí es importante no iniciar ninguna dieta en tanto no se tenga el diagnóstico definitivo.

    “El único tratamiento eficaz para la enfermedad celíaca es la dieta libre de gluten de por vida. Se debe realizar una consulta a un profesional nutricionista antes de comenzar la dieta, con el fin de que analice toda la información necesaria para iniciar un plan de alimentación adecuado a su estado nutricional y educación alimentaria tan primordial en esta patología y no realizar transgresiones de manera involuntaria”, complementa.

    Pauta de alimentación

    Si la eliminación del gluten de la dieta mejora los síntomas, alivia los daños ocasionados al intestino delgado y previene más daños con el tiempo, un manejo nutricional inadecuado llevará al paciente a deteriorar su estado nutricional, provocar desnutrición por mal absorción intestinal e, incluso, intolerancia a la lactosa, lo cual complica el cuadro clínico.

    La buena noticia, menciona la experta, es que hay disponibles muchos alimentos saludables y productos libres de gluten, algunos detallados en la página Convivir.cl, que ayuda a seleccionarlos y entrega algunas recetas. “Una recomendación fundamental es siempre leer las etiquetas para ver composición nutricional de los alimentos”, sostiene.

    Los alimentos como carnes, pescado, frutas, verduras, arroz y papas, sin aditivos ni condimentos, no contienen gluten y son parte de una dieta bien balanceada. Se puede consumir pan, pastas y otros alimentos libres de gluten, que ahora son más fáciles de encontrar en supermercados y comercio especializado.

    “Hoy en día la dieta del paciente celíaco es de más acceso a todos los pacientes y existen variados productos ofertas en el mercado”, destaca.

    Consecuencias de no tratarla

    La enfermedad celíaca es una de las enfermedades de trasmisión genética más frecuentes y su prevalencia en países occidentales es cerca del 1% de la población. “Existe evidencia científica que demuestran que 9 de cada 10 pacientes no son diagnosticados con la enfermedad celíaca y, además, pueden algunos también ser asintomáticos”, detalla.

    La falta de diagnóstico, continúa la académica, puede llevar a complicaciones y consecuencias como riesgos de fracturas, osteoporosis, lupus eritematoso, desarrollar ciertos tipos de cánceres como el de intestino delgado o un linfoma intestinal y, además, se suma la desnutrición por malabsorción de nutrientes, intolerancia a la lactosa, falta de apetito, anemia, irritabilidad y pérdida de masa muscular.