Estudiantes de Arquitectura de la U. Autónoma entregaron anteproyectos para centros del Sename en La Araucanía

    Con una jornada de retroalimentación con directivos de los Centros de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Belén y Alborada, alumnos de tercer año de la carrera de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Chile presentaron antecedentes preliminares de una propuesta para nuevas instalaciones, incorporando los insumos técnicos que arrojaron estas etapas previas.

    El taller de arquitectura, ubicado en el tercer año de la malla curricular de esta carrera, se inscribe en el contexto del aporte que distintas instituciones realizan en torno a la protección de niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos.

    De acuerdo a lo manifestado por el profesor del curso, Marcelo Marín, aun cuando corresponde a un ejercicio académico, el taller confronta a los alumnos a problemas reales demandados por la comunidad “la idea del trabajo que se está llevando a cabo desde la Escuela de Arquitectura, fue conocer la realidad de un tema país como es el Sename y sus centros, y a partir de ahí generar algún aporte desde el punto de vista arquitectónico. Para ello realizamos un acercamiento con el servicio, a fin de que nos entreguen los insumos para las propuestas que hoy están realizando los alumnos”, sostuvo.

    Por su parte, la directora del Sename en La Araucanía, Claudia De La Hoz, valoró que la Universidad Autónoma se incorpore a temáticas referentes a la protección de la infancia y adolescencia vulnerada.

    “Mientras más organismos e instituciones de la sociedad se involucren en esta necesaria discusión, mejores serán los resultados en materia de protección de niños, niñas y adolescentes. Los resultados de este curso-taller se materializarán en planos, maquetas y documentos técnicos que hoy conocimos en su etapa de anteproyecto”, afirmó.

    Finalmente, se puntualizó que lo central del ejercicio es que tanto alumnos como profesores se adentren en una realidad poco conocida y muchas veces tergiversada, de modo que la propuesta arquitectónica dé cuenta de los aspectos necesarios a modificar. Esto será entregado a los directivos del Cread como insumo técnico para futuras decisiones.